El Branding es un término que se ha asociado durante mucho tiempo con la imagen corporativa, pero desde que Tom Peters escribiera en 1997 el libro “The Brand Called You”, considerando que todas las personas deben verse a sí mismas como una marca en constante competencia con otras marcas, el concepto se ha ido reconociendo y aceptando. Todos tenemos una marca personal, tanto si la hemos trabajado conscientemente como si no.
Al discutir el concepto de marca personal, a menudo surgen preguntas como estas:
No me planeo hacer una charla de TED, escribir un libro, o promocionarme en las redes sociales, así que dime: ¿Por qué necesito una estrategia de marca personal? ¿No hay un cierto factor «ego» en aquellos que descaradamente desean posicionarse?
Mi primera respuesta sería, ya que la mayoría de nosotros tiene una huella digital, debemos nosotros mismos ser más proactivos con los mensajes y las imágenes que circulan.
También tenemos una marca más allá de las redes sociales, y se trata de cómo interactuamos con las otras personas cara a cara. Nuestras acciones envían permanentemente un mensaje sobre quiénes somos, qué nos importa, y cual es nuestra relación con el mundo todos los días.
Aquí tenemos algunos ejemplos de cómo podemos involuntariamente moldear nuestra marca de manera adversa:
Felipe, trabaja en un departamento comercial, se retrasa constantemente en las reuniones. Le guste o no, está recibiendo la reputación de «el que siempre se retrasa». Y sus acciones envían mensajes no intencionales, como «No respeto tu tiempo, o a ti como persona». Esta reputación se está consolidando en “su marca personal” y en su red.
Lola, la directora de marketing en una ONG, está trabajando para promover una campaña y hace una gran labor, pero no se ha tomado el tiempo suficiente para activar profesionalmente su presencia en las redes sociales.
Al igual que cualquier otra cosa en la vida, si no elaboramos una estrategia para alcanzar nuestros objetivos, podemos o no alcanzarlos, y lógicamente no tan rápido como si hubiésemos desarrollado una estrategia de forma consciente.
Si lo que te acabo de comentar te hace pensar si necesitas desarrollar una estrategia de marca personal, respóndete estas cuatro preguntas:
1) ¿Piensas ofrecer, algún tipo de producto o servicio online o personalmente? Si piensas estar online para cualquier tipo de negocio, es necesario pensar en tu marca.
2) ¿Utilizas medios sociales y / o blog?
3) ¿Tienes un protagonismo fuera de tu empresa, o planeas tenerlo en el futuro?
4) ¿Esperas mejorar tus ingresos o una promoción profesional en el futuro?
Dependiendo de cuales hayan sido tus respuestas, tendrás más claro si necesitas o no desarrollar o potenciar tu marca personal.
Antonio Verdera
